Si alguno es aficionado a la ciencia o está atento a las noticias, seguramente habrá oído hablar del grafeno, una alotropía del carbono llamada a ser el material del futuro. Con este material se está experimentando sobre todo en el terreno tecnológico con increíbles resultados. En el año 2010 los jóvenes rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov consiguieron hacerse, gracias a sus prometedores descubrimientos sobre el grafeno, con el Premio Nobel de Física. Pero, ¿y qué tiene que ver todo esto con el vodka?
Durante las pruebas que estos dos jóvenes realizaban con el material, descubrieron algunas propiedades peculiares. Sabían del grafeno que gracias a su delgadez, era prácticamente transparente. También que era un gran conductor de la electricidad, y asimismo, también del calor, superando a otros materiales conocidos. Lo que desconocían era que servía —indirectamente— para destilar alcohol, y más concretamente, vodka.

Para unos experimentos, el equipo desarrolló láminas de grafeno cientos de veces más delgadas que un cabello humano que coloraron sobre contenedores de metal, sellándolos. Observaron que no era posible determinar si a través del grafeno se escaba aire o algún tipo de gas, pero cuando probaron con el agua advirtieron que esta se evaporaba.
Tras ello, sellaron con una de las láminas una botella de vodka, que con el tiempo fue perdiendo la parte de agua y quedándose con el alcohol, por tanto, aumentando su grado alcohólico y quedando puro. Así pues este descubrimiento le añade al grafeno una propiedad más que seguro acabará aplicándose en el futuro con nuestra bebida favorita, el vodka.