El vodka está viviendo actualmente, en nuestro país, lo que podríamos llamar una segunda juventud. Es sin lugar a dudas un destilado sobrada y ampliamente conocido, pero como en los últimos tiempos muchos están vaticinando que será el sustituto de la ginebra —no hace falta decir en qué sentidos—, la percepción del mismo está cambiando a mejor.
Está cambiando y pasando de una bebida más, a una bebida más considerada como Premium, con clase, glamourosa, y que puede ser la protagonista de los momentos más chic.

Esto en países que lo vieron nacer, como Rusia o Polonia, no es ninguna novedad a pesar de ser una bebida del pueblo. Establecimientos hoteleros de gran renombre como es el Grand Hotel Europe de San Petersburgo, por ejemplo, posicionan al vodka como un reclamo turístico con productos como la Vodka Experience.
¿Cómo un destilado puede convertirse en atractivo para turistas de altos vuelos? Ofreciendo algo distinto, sin duda. En esta experiencia a través del vodka, este establecimiento ofrece a sus clientes la oportunidad de aprender a combinar vodka ruso con platos de la gastronomía local. Lo que viene siendo maridar.
Por ejemplo, caviar Astrakhan Beluga con Vodka Beluga, una combinación perfecta (y obvia, por otra parte). O el destilado Tsarskaya Gold con el salmón marinado tan tradicional por aquellas latitudes.
Y no sólo de maridar va la Vodka Experience. En el bar del hotel, el Lobby Bar, el barman responsable enseña a los más intrépidos como elaborar los más clásicos cócteles con los 22 tipos de vodkas de que disponen. Una maravilla.
Y aún hay más, porque si todo esto fuera poco, rizando el rizo ofrecen en el SPA del lugar diferentes tratamientos con vodka, como el "Welcome to Russia".
Desde luego, si el vodka despega en España tan fuertemente como lo hizo y viene haciéndolo la ginebra, no tardaremos de ver cosas similares.