Durante mucho tiempo en Kirguistán, un pequeño país de Asía Central, antigua república soviética, se ha producido un vodka de los de antes, clásico y de gran calidad. Un vodka llamado como la capital del país, Bishkek, que se elabora mediante destilación continua y no en columna, como suele ser lo habitual, siguiendo antiguos métodos y procesos de los soviéticos primitivos.

Los productores de este vodka, que han esperado largo tiempo hasta dar con la perfección deseada para comercializarlo fuera de Kirguistán, aseguran que el secreto de un vodka Premium como este, de tan gran calidad y pureza, reside en los ingredientes que lo componen e incluso en cómo han sido cultivados o tratados.
Desde la tierra de la que nacen los granos y el viento que los airea, hasta el agua pura que utilizan, todo influye en la calidad de un vodka supremo cuidado con esmero.
De Bishkek Vodka únicamente van a comercializarse un millar de botellas en diez seleccionadas licorerías de Holanda, a un precio muy abarcable, unos 32 euros.