
Islandia es un país y una isla amado por muchos, impresionante en muchos sentidos y cuna de uno de los vodkas, probablemente, más puros que existen, Reyka.
Elaborado a mano, en la única destilería que existe en la isla, en la ciudad de Borgarnes, este vodka es destilado por un equipo de cinco personas a partir de licor de trigo y cebada en un alambique artesanal, del cual solo existen otros cinco en el mundo, siendo este el único empleado en la elaboración de este destilado.
La filtración de Reyka Vodka se realiza a través de rocas de lava —no en vano Islandia tiene una alta concentración de volcanes activos—para posteriormente serle añadida agua prístina proveniente del manantial Grabok, el cual se halla en antiguos ríos de lava de más de 4.000 años.
De una única destilación, de producción artesanal y en pequeños, con ausencia de aditamentos y la garantía de estar hecho por un pueblo como el islandés, así es el vodka Reyka.