
Desde que fuese creado en 1864 por Piotr Arsenieyevich Smirnov en la destilería homónima, Smirnoff ha crecido, crecido y crecido hasta convertirse en uno de los vodkas más vendidos en todo el mundo. Actualmente está en las manos de la gigante de bebidas británicas Diageo, pero en determinados países como era el caso de México, la distribución y producción de la marca se delegaba en grupos locales que adquirían los derechos de explotación.
En México esto fue así hasta que esta semana Diageo y el grupo que se encargaba de Smirnoff, José Cuervo, han llegado a un acuerdo mediante el cual el vodka ha vuelto a las manos de la multinacional. Según apunta la propia compañía, en el país del tequila el consumo de su bebida patria no está aumentando en volumen pero sí en calidad, es por ello que se ha hecho con el control de Don Julio mediante el acuerdo y ha recuperado la producción y distribución de Smirnoff para sumar el vodka a esta corriente. Además, se ha desprendido del whisky irlandés Bushmills.
Actualmente esta marca representa un 28 % del mercado del destilado blanco y Diageo quiere darle impulso llevando a México la innovación que ha aplicado en países como Estados Unidos o Brasil y que tan buenos resultados les ha dado. Así pues, en el próximo año los británicos quieren lanzar para los mexicanos versiones más premium del vodka y productos novedosos como Smirnoff Ice, un cóctel de vodka ya preparado.
La estrategia de Diageo pasa también por aportar un valor diferencial a la marca de vodkas mediante campañas de marketing, una importante inversión en general que no tiene otro objetivo que el de convertir el destilado ruso y polaco en una bebida tan popular en México como lo es en Estados Unidos o gran parte de Europa.