
Siderit Lactée es uno de los primeros vodkas elaborados a partir de una materia prima muy peculiar para este tipo de bebidas: la leche de vaca. La Destilería Siderit investigó durante meses la mejor fórmula para fermentar la lactosa de la leche y poder convertirla en un alcohol adecuado para un vodka de calidad, de clase ultrapremium, como lo es Lactée.
El alcohol resultante de la fermentación láctea es quíntuplemente destilado y cuádruplemente filtrado, durante 24 horas, con filtrantes naturales que garantizan un resultado limpio y puro.
Una vez listo, el líquido se rebaja con agua de manantial procedente de Ortigosa del Monte —en la sierra de Guadarrama—, el manantial con el agua de mineralización más débil de la península ibérica, y es dejado reposar durante dos meses como mínimo. Tras este tiempo, es embotellado.
El vodka Siderit Lactée, pese a su pureza y neutralidad, posee aromas florales y cítricos con ligeras pinceladas especiadas y picantes en el paladar.
Se presenta en una original botella oscura, de formas estilizadas, con una serigrafía dorada que representa constelaciones de la Vía Láctea. Posee una graduación alcohólica del 40 % y su botella una capacidad de 70 centilitros.